Biblioteca Pública
Arquitectos: Antonio Ortiz y Antonio Cruz
Este espacio de divulgación cultural público está en un enclave de gran riqueza histórica ya que se ha construido en una de las parcelas de los terrenos de la exposición iberoamericana de 1929. Esta nueva casa de los saberes tiene como vecinos el Pabellón de EEUU, Perú, Chile, el Parque de MariaLuisa, el Guadalquivir y el Costurero de la Reina. A pesar de estar rodeado de una arquitectura de múltiples influencias y en un lugar clásico de Sevilla, los arquitectos supieron crear una biblioteca hecha para el nuevo siglo acercándose desde dentro hacia fuera a las necesidades venideras. El interior es básicamente diáfano, abierto, aprovechando la luz que entra a través de los grandes ventanales que a las calles y jardín se han proyectado. La distribución de la planta es cuanto menos original y pragmática, pues se aprovecha las tres salidas que tiene el solar y en vez de quedar cerrado por la unión de sus bloques, quedan encadenados (véase la foto desde el aire). Cuenta también con un jardín interior donde su base está cubierta por piedras blancas del mismo color que todo el mobiliario de la biblioteca influyendo así en la serenidad que un espacio así necesita. El exterior está cubierto de ladrillos rojos, color y forma que concuerdan al material utilizado por Aníbal González para construir gran parte de su legado en Sevilla, entre los más destacables está la Plaza de España, a pocos metros de esta biblioteca.
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